La
alimentación debe ser capaz de satisfacer necesidades de crecimiento y proveer
energía suficiente para realizar las actividades física, deportiva e
intelectual. Se debe tomar en cuenta que el estudiante de Educación Superior se
encuentra terminando su segundo brote de crecimiento, por lo que la
alimentación juega un papel muy importante, ya que junto con la actividad
física y el aprendizaje harán de este un adulto productivo.
El
llevar una alimentación saludable, realizar actividad física y tener hábitos
correctos de sueño, ayudan al estudiante de educación superior a tener un mejor
rendimiento intelectual, capacidad de concentración y memoria.
Existen
dos criterios en la alimentación del estudiante, por un lado, están los hábitos
que adquirieron en casa y por otro la propaganda de alimentos comerciales
fáciles de conseguir y que no siempre son una opción saludable.
Para
tener buenos hábitos alimenticios se recomienda:
- Beber un mínimo de 2 litros de agua al día. La deshidratación perjudica la capacidad de aprendizaje y concentración del estudiante.
- Evitar consumo de refrescos o bebidas muy azucaradas. De momento hacen sentir bien por la cantidad de azúcar que contienen, pero al bajar estos niveles en el organismo le harán sentir fatigado y débil, por lo tanto, perderá la atención.
- Se recomienda que el estudiante haga un desayuno completo, que incluya una proteína (huevo, leche, cereal o avena) y una fruta (carbohidratos). El desayuno es el alimento más importante del día.
- Nunca pasar más de 3 a 4 horas sin alimento. Por lo que se recomienda llevar un lunch ligero que permita mantener la energía hasta la comida del medio día.
- Cenar ligero.
- Se recomienda no tener una vida sedentaria, es importante la realización de una actividad física o deporte, esto mejorará el estado de salud y el bienestar psicológico del estudiante.
- Dormir 8 horas diarias. Esto ayudará a que el estudiante esté más alerta durante el proceso del aprendizaje.
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